A todos los paraguayos de bien, en el mes de la Patria, un
gran saludo y que el legado de nuestros mayores sea luz y guía de nuestras
acciones.
Y a embanderar nuestras casas, las oficinas, los talleres,
las fábricas, las aulas, los autos, las motos.
A embanderar la Patria.
A usar las banderas, gallardetes y escarapelas, pero no por
mero cumplimiento, o hipocresía, o porque es “políticamente correcto”, o está bien
visto socialmente, o está “de moda”, sino
por auténtico y genuino patriotismo y paraguayidad.
Que los colores vibrantes de nuestra bandera tricolor, que
flameó orgullosa y victoriosa en Cerro Porteño y Tebicuary, que nos abrieron el
camino a la independencia, nos den fuerza y vigor para enfrentar lo que el
destino y nuestras decisiones nos deparan.
Que los colores luminosos de nuestra tricolor, que lució
gallarda e invita frente a nuestros intrépidos soldados y nuestras valerosas
mujeres, cuando salieron a enfrentar a los invasores, asesinos, violadores y
saqueadores de nuestra Patria, quienes prefirieron inmolarse y morir en combate
“antes que verla siquiera humillada”,
en Tuyutí, Curupaity, Sauce, Riachuelo, Piribebuy, Cerro Corá, nos señalen el
camino del sacrificio y del esfuerzo total en pos de un ideal de un Paraguay
feliz.
Que los colores majestuosos de nuestra gallarda bandera
tricolor, que fue la elegida como sagrada mortaja por los invictos niños de
Acosta Ñu, para velar el sueño eterno que prefirieron antes que contemplar un
Paraguay ultrajado y esclavizado, muriendo con las armas en la mano en defensa
de la Patria viendo truncados sus tiernos sueños infantiles, donde las llamas transformaron
sus cuerpos en piadosas cenizas que los paraguayos de hoy debemos honrar en el
altar de la Patria, nos guíen en nuestro eterno derrotero de trabajo honesto, tesonero
y pleno de valores.
Que los colores alegres de nuestra bandera tricolor,
enarbolada por las invictas legiones que defendieron el Chaco paraguayo, donde
todo lo dieron, todo padecieron y donde alcanzaron la cúspide más alta de la
gloria, con las victorias en Boquerón, Alihuata, Campo Vía, Pampa Grande,
Yrendague, Ingavi y las barrancas del Parapiti, defendiendo el honor de nuestro
país, nos señalen el norte a seguir para construir nuestro Paraguay, nuestra
tierra y solo nuestra, y que sea el crisol de donde surja el espíritu inmortal
e invencible del paraguayo de Ley, que nace del Paraguay profundo, de las
fuerzas telúricas ancestrales que nos han moldeado “para ser lo que tenemos que ser en las páginas de la historia universal”.
Que los bellísimos colores de la bandera tricolor iluminen con
alegría, color y optimismo el camino de esperanza de todos los paraguayos de
esta generación, en su búsqueda del Santo Grial de un Paraguay mejor, más
fraterno y más humano.
VIVA EL PARAGUAY! VIVA!!!!!!!! VIVA!!!!!!!!!
Gral Brig Aér (SR) Mgs. Gerardo Miguel Ángel Maldonado Gómez
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